Por JOEL ORTEGA JUÁREZ
Conversando con muchos cuates de mi
generación, me doy cuenta de que existió un mundo raro lleno de sueños,
ilusiones e incluso de fantasías.
Un rasgo común para los sobrevivientes de
esas utopías, que no se pasaron al otro lado, al de los poderosos, es una
cierta sensación de derrota.
No es para menos.
Queríamos cambiar la faz de la tierra,
asaltar el cielo, como decían los comuneros de París en 1871.
La gran Revolución de Octubre dio nuevos
motivos para considerar que era posible abolir el mundo capitalista, como lo
hizo esa increíble disposición revolucionaria de abolir la propiedad,
incluyendo los testamentos.
El ciclo revolucionario seguía viajando con
el viento rojo favorable para las causas de los oprimidos, logrando el triunfo
en el mundo legendario de China.
África continuó la senda de victorias en la
década de los sesenta, que pusieron fin al colonialismo
Cuba
trajo al continente americano, una revolución en las “narices del imperialismo
yanqui”, porque ahora será ´posible que los pueblos triunfen como “los de Cuba
, los de Playa Girón , por su única y verdadera independencia”
Además de esas revoluciones triunfantes, se
produjo el gran movimiento libertario en todo el planeta, el movimiento del 68
que fue una combinación de varias revoluciones.
Incluso el ciclo revolucionario llegó a
Portugal con su maravillosa revolución de los claveles, con la participación de
los militares del MFA, Movimiento de las Fuerzas Armadas que voltearon sus
armas contra la dictadura y apoyaron a las colonias en su lucha contra el imperio.
Vietnam logró derrotar a los yanquis hace
50 años. Una resistencia única en la historia.
El Siglo XX un siglo de revoluciones, de
nobleza y de odio como decía el poeta Yevtushenko, dio un viraje a la derecha
cuando la URSS invadió Checoslovaquia y con sus tanques aplastó al socialismo
con rostro humano.
Vino el Golpe Militar contra Allende.
Fracasó la apuesta del Compromiso Histórico
de los comunistas italianos, por el extraño asesinato de Aldo Moro por un
grupúsculo armado que se llamaba “las brigadas rojas”.
Vinieron los años del Thatcherismo.
Cayó el Muro de Berlín, muchos pensamos que
era el principio de un nuevo comienzo , ocurrió lo contrario : la derecha se
adueñó de un movimiento gestado entre los jóvenes , el rock y la nueva
izquierda.
La URSS sin un disparo se derrumbó el
“socialismo realmente existente”.
Los
estados totalitarios no pudieron asfixiar los sueños libertarios, pero los disidentes,
los rebeldes tampoco supieron encabezar la nueva época
Se produjo un viraje derechista en el
Planeta, salpicado con la aparición de un fenómeno muy extraño, el denominado
Socialismo del Siglo XXI, en realidad una ola castrista que condujo a esos
pueblos , principalmente Venezuela, a una tragedia nacional , con millones de
personas huyendo del hambre y la dictadura que casi destruyó a la nación
En nuestro rancho grande, el matrimonio de
los nacionalistas-estatistas de la revolución mexicana y las izquierdas sin
rumbo y sin proletariado, fueron tragadas por los viejos priistas.
Al iniciar el segundo cuarto del siglo XXI
, estamos viviendo en México una pesadilla que nadie imaginó: doscientos mil
muertos, más de cien mil desaparecidos
con una presidenta negacionista que ignora el infierno de las madres buscadoras
y se pone el disfraz de víctima de una conjura de los comentócratas .
Triste desempeño de una presidenta aislada,
refugiada en Palacio con vallas metálicas para repelar a las mujeres , pero con
zócalos llenos de acarreados al mejor estilo del PRI.
El PRIMOR se exhibe sin pudor defendiendo a
un personaje siniestro, con una retórica leguleya , al mismo tiempo que niega
el infierno de campos de entrenamiento y aniquilamiento de miles de jóvenes por
las bandas criminales .
Es doloroso ver a algunos viejos miembros
de la generación libertaria de los años sesenta, ocuparse de las tareas más lamentables
de una propuesta sometida al gran capital, los militares, los charros, los
gringos y cada vez más atrapada en las garras de los Cárteles.
Sin embargo, si quieren saber de mi pasado,
les seguiré diciendo que vengo de un mundo raro.
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