Por JOEL ORTEGA JUÁREZ
El encuentro en La Habana
El encuentro de Miguel Díaz Canel,
presidente nominal de Cuba y Carolina Díaz Rangel secretaria general de MORENA,
efectuado el viernes 2 de mayo de 2025 en La Habana, no es fortuito. Se trata
de una vinculación profunda entre dos gobiernos castristas. En sí misma no
tiene ningún carácter ilegal, subversivo, ni mucho menos es una conjura, como
lo dice el locutor preferido de Ricardo Salinas Pliego, Javier Alatorre, hasta
hace muy poco admirados aliados de AMLO, es simple y sencillamente la reunión
de fuerzas políticas fraternales. Como las que realiza Ricardo Salinas con sus afines,
algunos autonombrados libertarios como el presidente Javier Milei. Es
totalmente lógico que los que juegan en un bando se organicen para combatir al
bando opuesto. En un duelo de ajedrez las piezas negras se mueven con el
objetivo de vencer a las blancas para darle jaque al Rey y viceversa. Lo
extraño es que las blancas jugaran, deliberadamente, para favorecer el triunfo
de las negras. Los adversarios, no se diga los enemigos, actúan para vencer al
que tienen en su contra.
La cuestión en relación con esta reunión es
ir más allá de la anécdota o de la estridencia anticomunista de TV Azteca, la derecha
anticomunista, la derecha “civilizada” del PAN, el anticomunismo priista de
larga data, incluyendo a Luis Echeverría que sostuvo siempre que el movimiento estudiantil
de 1968 fue una conjura castro-comunista; el tema es la existencia de raíces
comunes del castrismo y el morenismo, que vienen de lejos. Una lectura amable
es la de una postura nacionalista, antimperialista, cuya matriz viene del
cardenismo del general Lázaro Cárdenas, lectura que no es necesariamente falaz.
Si hay raíces profundas entre MORENA Y EL
CASTRISMO.
Tiene mucho sentido que el actual gobierno
mexicano done centenares de miles de barriles de petróleo a Cuba, entre ellas
un suministro de 400 mil barriles en octubre de 2024, no solamente por razones
humanitarias, sino porque México es el país que le da vida artificial a una
dictadura sin cuyo apoyo estaría muy cerca de su extinción.
¿Esa política de Estado es pertinente con
una conducta democrática, defensora de la soberanía republicana contraria al
intervencionismo gringo y acorde con nuestra llamada política de no
intervención y respeto a los pueblos?
Hace muchos años, más de cincuenta,
considero que la Revolución Cubana fue traicionada por el castrismo.
Su naturaleza libertaria original fue
canjeada por Castro Ruz quien de manera simbólica y real eliminó a Fidel.
No es casual la misteriosa muerte de Camilo
Cienfuegos.
En otros términos, el abandono de Ernesto Guevara
El Che en Bolivia.
Ambos fueron figuras opuestas al
entreguismo de Castro a los soviéticos, aunque por razones quizá diametralmente
opuestas.
Arnaldo Ochoa también fue eliminado por
Castro.
Los tres tienen en común ser figuras muy populares
que Castro no podía permitir que le hicieran sombra.
Cuba convertida en una dictadura con
economía de guerra, con poco más de la quinta parte de su población huyendo, no
sería lógico que fuese ejemplo para MORENA, tanto para AMLO como para Claudia
Sheinbaum, salvo que para ambos y sus seguidores fanáticos Cuba sea el ejemplo
de “socialismo que construyó el hombre nuevo, víctima del Imperialismo yanqui”.
Exactamente está cuestión es la que
deberíamos estar debatiendo.
La desaparición de la independencia de los
tres poderes de una república democrática, los pasos diarios hacia el control
de la opinión en los grandes medios masivos tradicionales radio y televisión,
en la prensa escrita, de los cuales hemos sido expulsados, purgados centenares
de disidentes y ahora de las redes mediante la llamada Ley de
Telecomunicaciones.
Cuál es el objetivo: instaurar una
dictadura al estilo cubano o soviético, con la coartada de “combatir al
neoliberalismo”, cuando en la vida real se mantiene ese modelo, sometido a los
grandes capitales, a los militares, a los gringos y crecientemente a las bandas
del llamado crimen organizado.
Loa defensores del capitalismo voraz, del
predomino del PRIAN, de la persecución a migrantes mexicanos y del resto del mundo,
de las mujeres, de los ambientalistas, de las madres buscadoras, loc cómplices
de la desaparición forzada y la muerte de decenas de miles antes, durante y
después de la llamada guerra sucia de Tlatelolco a Teuchitlán más las que
seguirán ocurriendo es MORENA Y LA CUARTA TRANSFORMACIÓN. NO HAY QUE DARLE
VUELTAS.