Por la Dra. Ana Mafé García
En un continente donde las fronteras son
heridas abiertas y la espiritualidad sigue siendo refugio y fuerza, la
presencia de una servidora en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
llega como un recordatorio luminoso: hay caminos que no se cierran, caminos que
siguen uniendo a las personas más allá de países, crisis o migraciones. Y uno
de esos caminos es El Camino del Santo Grial, Ruta del Conocimiento, Camino de
la Paz, un itinerario europeo que, paradójicamente, encuentra profunda
resonancia en los pueblos de Hispanoamérica, donde la fe, la memoria y la
resistencia cultural siguen latiendo con fuerza.
La presentación de la sexta edición del libro
El Santo Grial —basado en la tesis doctoral de Mafé y reconocido por su rigor
científico e iconológico— no es solo un acto editorial. Es un puente cultural
entre Valencia, ciudad que este año celebra el III Año Jubilar del Santo Cáliz,
y Jalisco, territorio de fervor, migración y espiritualidad donde millones de
personas buscan caminos de sentido, identidad y sanación.
En las páginas de Nuestra América Magazine,
donde solemos hablar de luchas sociales, culturas originarias, migración y
dignidad humana, esta visita conecta con otro tipo de resistencia: la
resistencia espiritual, aquella que ha sostenido a nuestros pueblos frente a
las crisis narradas en estas mismas páginas —desde las redadas migratorias en
EE. UU. hasta la defensa de la identidad en territorios indígenas—
Un camino europeo que dialoga con América
El Camino del Santo Grial no es solo un
recorrido histórico que une Jerusalén, Roma, los Pirineos y Valencia. Es una ruta
simbólica que propone valores universales:
Paz y reconciliación, tan necesarias en un
continente golpeado por la violencia política y social.
Conocimiento, como herramienta de
emancipación y memoria.
Hospitalidad, virtud que los pueblos
latinoamericanos practican incluso en contextos de pobreza o migración.
Identidad espiritual, elemento que sostiene a
millones de personas en un mundo roto.
Por ello, no sorprende que este mensaje
resuene en Hispanoamérica, donde la espiritualidad se expresa en destinos como Chimayó
en Nuevo México, Copacabana en Bolivia, Guadalupe en México, Qoyllur Rit’i en
Perú o el Camino de Ceferino Namuncurá en Argentina. Todos ellos, igual que el
Camino del Santo Grial en Europa, son rutas que unen fe, cultura y territorio.
Una invitación desde Valencia al mundo
hispanoamericano
Durante este III Año Jubilar del Santo Cáliz,
Valencia abre sus puertas a quienes deseen conocer la reliquia que la tradición
identifica como el cáliz utilizado por Jesús en la Última Cena. La Dra. Mafé
—referente mundial en el estudio científico del Santo Cáliz— invita desde
Guadalajara a que las nuevas generaciones, peregrinos y viajeros espirituales
de toda América, descubran este camino de luz.
Porque hoy, más que nunca, necesitamos
relatos que unan en lugar de dividir, que inspiren en lugar de herir. Y porque,
como demuestra la experiencia de millones de migrantes —cuya dignidad
defendemos mes a mes en estas páginas—, la fe y el conocimiento siguen siendo
herramientas de resistencia y esperanza.
El Santo Grial viaja simbólicamente a
Guadalajara, y con él viaja una invitación:
reconstruir caminos de paz, tender puentes entre continentes y recordar que
toda ruta espiritual comienza en el corazón de cada persona.

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