Por Angélica Beltrán
Con 97 votos a favor, el Senado de la República consumó ayer lo que nadie
dudaba: Ernestina Godoy Ramos, exconsejera jurídica de la presidencia, ex
diputada local, federal y senadora, es la nueva Fiscal General de la República.
La mayoría calificada se alcanzó sin sobresaltos gracias a Morena, PT y
Verde, que cerraron filas con la presidenta Claudia Sheinbaum. No hubo
sorpresas. Desde hace meses se sabía que Godoy era la carta marcada de
Sheinbaum para sustituir a Alejandro Gertz Manero; quien, por cierto, ya empacó
maletas rumbo a la embajada de México en Alemania –un destino tan lejano de
México como de los resultados que nunca entregó en siete años al frente de la
Fiscalía.
La lealtad a prueba de fuego y la cercanía política de Godoy con la
presidenta Claudia Sheinbaum y el proyecto de la Cuarta Transformación, pesaron
más que cualquier otro factor para que hoy sea Ernestina Godoy la nueva fiscal;
aunque nadie puede negarle una larga trayectoria legislativa y un paso polémico
pero intenso como fiscal de la Ciudad de México (2018-2023).
Ahora le tocará demostrar si esa experiencia se traduce en resultados donde
Gertz Manero fracasó rotundamente: combate a la corrupción de alto nivel y a la
delincuencia organizada. Porque los pendientes son monumentales. En materia de
corrupción política, decenas de expedientes duermen el sueño de los justos.
Por citar algunos: Ricardo Anaya y el caso
Emilio Lozoya (sobornos Odebrecht-PEMEX). Jorge Romero y el llamado “Cártel
Inmobiliario” de Benito Juárez. El priista Alejandro Moreno, con carpetas
abiertas por enriquecimiento ilícito, despojo de terrenos y hasta privatización
de playas en Campeche.
Y, por supuesto, el caso del ex gobernador de Tabasco, ex secretario de
Gobernación y hoy senador de la República, Adán Augusto López, respecto de sus
vínculos con el grupo delincuencial “La Barredora” y delito de “huachicol
fiscal”.
En el terreno de la delincuencia organizada la situación es aún más
crítica: Michoacán, Guerrero, Jalisco, Guanajuato y Sinaloa siguen siendo
territorios donde los cárteles imponen su ley mientras la FGR acumula
ineficacia y carpetazos.
Un detalle que no pasó desapercibido: la terna enviada por Sheinbaum fue 100 por ciento femenina. Gesto simbólico que, paradójicamente, fue criticado por carecer de verdadera equidad de género al excluir por completo a los varones. Ironías de la paridad mal entendida.
En vísperas del séptimo aniversario de la 4T –que se celebrará este sábado en el Zócalo con el tradicional informe de avances–, el mensaje del bloque mayoritario es claro: el Congreso sigue funcionando como una extensión eficiente del Ejecutivo federal. Las iniciativas de Sheinbaum se procesan, aprueban y ejecutan a velocidad récord.
Queda la gran pregunta: ¿logrará Ernestina Godoy, con todo el respaldo político, lo que Gertz Manero no pudo (ni quiso) lograr con el mismo respaldo? Los próximos seis meses serán decisivos. México no aguanta otra fiscalía decorativa.

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