Por JOEL ORTEGA JUÁREZ
Por
El incremento a los salarios mínimos de $278,80 pesos diarios a $309,50 no se puede negar ni debe soslayar, ese importante hecho, tampoco los datos sobre reducción de la pobreza de 13.8 millones de 51.8 5 a 38.5 %.
Para los
seguidores de la 4T y de Claudia Sheinbaum, ambos datos confirman la vocación social
de su Primer Piso encabezado
por AMLO y el Segundo
continuado p No es el espacio para
discutir la situación económica.
Son muy
inquietantes los recientes actos políticos.
La burda
maniobra para sacar a Alejandro Gertz Manero, muestra que la presidenta está
sumergida en la mentira como forma de gobernar, sin importarle lo grotesco de
esas post verdades, las que siguen usándose para evadir e incluso negar
abiertamente el fenómeno creciente de repudio a la política gubernamental, para
insistir en su narrativa de la conjura derechista internacional para justificar
su evidente política represiva.
Con
la sistemática abolición de la institucionalidad de la república incipiente,
las tensiones al interior del bloque dominante serán cada vez, la forma de “resolverlas”
como ocurría bajo el régimen priista.
No es
mediante la lucha política institucional como se confrontarán los grupos ,
tribus, facciones o como se les quiera llamar a los pleitos de palacio, sino
éstas se desarrollarán como ha ocurrido en el affaire de la purga en la FGR.
El
riesgo de esa disputa palaciega como regla de confrontación de las pandillas
dominantes en los aparatos del Estado, combinado con la política represiva está
sembrando una ruta donde la ultraderecha, encabezada por ahora por el Tio Richi,
puede convertirse en una falsa y muy peligrosa tendencia capaz de convertirse
en triunfadora en el 2030.
La presidenta
es la jefa de una facción autoritaria, que reproduce las peores costumbres de la
dictadura perfecta: condenas diarias a los disidentes, acusados de ser instrumentos
de las fuerzas reaccionarias y del vecino imperial.
Se fortalece
el discurso intolerante al calificar a todos los opositores como defensores de privilegios
y enemigos de los pobres.
El delirio
del nacionalismo de guaraches recurre a la ideología grandilocuente contenida en
la teoría humanista de las aberraciones publicadas en el libro Grandeza.
Todo el
ritual de su divulgación exhibe la casi patológica personalidad de Jefe Máximo y
Caudillo dando línea desde la chingada, rodeado de gallinas y pavorreales.
Ni al más obnubilado opositor prianista, derechista, zopilote se le hubiese ocurrido mejor escenario. El caudillo protege a su venerada sucesora, a la que no quiere hacerle sombra. Sin rubor nos comunica que está listo para salir a la calle ante los riesgos apocalípticos que se ciernen sobre el país más humanista, solidario, sabio y democrático del mundo.
Toda esa fraseología demagógica tiene el
deliberado y perverso propósito de estimular el pensamiento mágico del pueblo
bueno.
Un adormecimiento para negar la existencia de
una realidad con elementos trágicos, como son los doscientos mil muertos en el sexenio
del bienestar.
Ante esa restauración aldeana del echeverrismo,
resulta patética la alternativa del anticomunismo del Tío Richi, pero no es
algo fantástico es muy probable reacción ante la estafa de la Cuarta
Transformación a la que millones consideran de izquierda e incluso comunista.
No es hora de lamentaciones, por la incapacidad
de las generaciones anteriores, por no haber construido una ruta libertaria.
El desafío ante el cual se requiere sumar a
todas las sensibilidades, energías sociales, culturales, ambientalistas,
movimientistas con las de convicciones republicanas y democráticas es: un gran
compromiso histórico contra la consolidación de la máscara de la 4 T , que es
en realidad la restauración del prianismo.

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