Por
Ollantay Itzamná
El reciente
indulto total e incondicional otorgado por el presidente Donald Trump al
expresidente hondureño Juan Orlando Hernández (JOH), condenado en Estados
Unidos por narcotráfico, ha generado una profunda controversia, con fuertes
implicaciones tanto en la política interna de Honduras como en la geopolítica
de la lucha antidrogas en la región.
¿Quién es
Juan Orlando Hernández y de qué fue condenado?
Juan Orlando Hernández gobernó Honduras durante dos mandatos consecutivos, de
2014 a 2022. Durante su tiempo en el cargo, fue considerado un aliado
estratégico de Washington en temas de seguridad y migración, llegando a recibir
agradecimientos públicos del propio Donald Trump por «trabajar muy de cerca con
Estados Unidos».
A pesar de presentarse como un luchador contra el narcotráfico, fue arrestado y
extraditado a Estados Unidos en 2022, meses después de dejar la presidencia.
Delitos y
Condena en EE. UU.
Cargos:
Conspiración para importar narcóticos, portación o uso de armas de fuego y
conspiración para importar armas de fuego.
Condena:
Fue declarado culpable en 2024 y sentenciado a 45 años de prisión federal.
Fundamento:
Los fiscales lo acusaron de conspirar con algunos de los mayores traficantes de
cocaína del mundo para transportar toneladas de droga a través de Honduras
hacia Estados Unidos, recibiendo presuntamente sobornos millonarios (incluido
un supuesto millón de dólares del narcotraficante «El Chapo» Guzmán, según
testimonios). Los fiscales lo describieron como una figura que ayudó a
convertir a Honduras en un «narco-Estado».
Contexto y
Finalidad del Indulto
El indulto fue anunciado por Donald Trump el 29 de noviembre de 2025, un día
antes de las elecciones presidenciales en Honduras.
Contexto:
Momento
Oportuno (Timing): La decisión se hizo pública a solo horas de la jornada
electoral hondureña, lo que fue interpretado por analistas y adversarios
políticos como un intento de influir en el resultado.
Apoyo
Explícito: Trump combinó el anuncio del indulto con el respaldo explícito al
candidato del Partido Nacional hondureño, Nasry Asfura, advirtiendo que, si no
ganaba, Estados Unidos no daría «buen dinero» a Honduras, una amenaza que
buscaba condicionar el voto en un país altamente dependiente de las remesas y
la ayuda estadounidense.
Justificación
de Trump: El expresidente estadounidense alegó que Hernández fue tratado «dura
e injustamente» y que el juicio bajo la administración Biden fue «politizado».
Afirmó haber analizado los hechos y estar de acuerdo con quienes en Honduras
piensan que a Hernández «le habían tendido una trampa», argumentando que su
condena era «excesiva» y que había sido un aliado clave contra las drogas.
Hernández, en una carta a Trump, había adulado al republicano, diciendo que, al
igual que él, había sufrido «persecución política».
Finalidad
Percibida
La finalidad aparente, según la lectura de los críticos, fue netamente política
y electoral, buscando dar un golpe de timón en las elecciones de Honduras a
favor del partido conservador aliado, sin importar el precedente legal y moral.
¿Un Premio
Imperial a la Narcopolítica Continental?
La medida ha sido calificada por diversos actores como una señal «desoladora» y
un «golpe al ánimo» de quienes luchan contra el narcotráfico en la región.
Contradicción
Geopolítica: Expertos en narcotráfico y políticos latinoamericanos (como el
presidente Gustavo Petro de Colombia) señalaron que el perdón destruye la
credibilidad de la lucha antidrogas de Estados Unidos, validando la narrativa
de la defensa de Hernández que calificaba su condena como una «persecución
política» coordinada por narcotraficantes y la «izquierda radical».
Doble
Estándar: La liberación de un narcotraficante de alto perfil que supuestamente
convirtió a un país en un narco-Estado, a cambio de una movida política,
plantea si el indulto representa una «premio» a la narcopolítica cuando esta es
funcional a los intereses geopolíticos o electorales de Washington.
Deterioro
Institucional: La acción daña la confianza en las instituciones judiciales y
socava el esfuerzo de años de fiscales federales para juzgar la corrupción y el
narcotráfico de altos cargos extranjeros.
Implicación
para el Relato de la «Lucha Antidrogas» de Trump
El indulto contradice frontalmente el discurso de línea dura que Donald Trump
ha manejado en su campaña antidrogas, particularmente su justificación para
acciones militares directas.
La Paradoja
de la Fuerza: Desde septiembre de 2025, la administración Trump intensificó una
campaña militar contra el narcotráfico en el Caribe, con acciones como el
bombardeo de lanchas rápidas («narcolanchas») que, según informes, resultaron
en la muerte de 83 personas.
El
Cuestionamiento Moral: La decisión de liberar a un hombre condenado por ayudar
a trasladar cientos de toneladas de cocaína a EE. UU. y que supuestamente
aceptó sobornos de narcotraficantes, anula el relato moralista que justifica
bombardear y matar a individuos en alta mar bajo el argumento de la lucha
antidrogas. Como zanjó un analista ante el indulto: «No me digan que Donald
Trump está matando gente en barcos en el Caribe para detener el narcotráfico».
El indulto
a Juan Orlando Hernández, por lo tanto, no solo revivió las «heridas» internas
en Honduras, sino que también expuso una notable disonancia en la política
exterior estadounidense, donde los intereses electorales y geopolíticos
inmediatos parecen haber prevalecido sobre la coherencia y la credibilidad de
la lucha contra el crimen organizado transnacional.

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