En el Legislativo buscan descabezar a la Directiva oficialista. En el Ejecutivo, Arévalo se reúne con indígenas, pero prometen no ir a las calles.
Por Ollantay Itzamná
La «luna de miel» hace rato se acabó en la Guatemala primaveral de Arévalo. Sólo queda esperar en qué momento el saltimbanqui se cae por sus propios desequilibrios y los intereses contrarios a la voluntad popular. Moraleja: «Jamás de fíes del Imperio»
Hace 16
meses atrás, Guatemala estrenaba presidente, en un Estado convertido en ring de
oponentes oligarcas.
Al final,
el 15 de enero del 2024, Bernardo Arévalo, respaldado/legitimado por la
Embajada norteamericana, la agencia gringa USAID y la OEA, logró jurar y asumir
el mando, no sin antes realizar sendos “pactos” económicos con los partidos
políticos tradicionales que le dejaron ser presidente.
Ahora que
la USAID fue desaparecida, acusada de organización criminal por el propio
gobierno norteamericano, y cuando a los EEUU le importan batallas más
importantes para su geopolítica en otros lares, el gobierno primaveral de
Bernardo Arévalo quedó sin respaldo, ni certidumbre. Al grado que las
corrientes tradicionales del denominado pacto de corruptos A están decididos a
apoderarse la Dirección del Órgano Legislativo y aplicarle el “puntillazo” al
acorralado Arévalo.
En ese
contexto, mientas en el Congreso de la República, el 29 de abril, las madres de
la Patria intentaron arreglar a aruñones lo que las coimas económicas no
pudieron arreglar, el presidente Bernardo Arévalo se reunía con organizaciones
indígenas, antes financiadas por la criminal USAID, para intentar «mostrar»
respaldado popular que se marchita sin tregua.
El campo
popular, sin la USAID, no logra un horizonte político claro. Los aborígenes
ancestrales (así bautizados por la cooperación noreuropea post Acuerdos de
Paz), muy a pesar que Arévalo cooperó para que encarcelen a su premiado “Héroe
de la democracia”, Luis Pacheco y compañía, de la organización 48 Cantones,
respaldan a Arévalo, sin prometer calles, o prometiendo a la Fiscal General,
Consuelo Porras, que no irán a las calles, menos a protestar contra Ella, ni
contra los suyos.
Otro
segmento del campo popular, nucleado en el área rural, después de casi un año
de “esperar los prometidos cambios primaverales”, decidió salir a las calles,
el pasado 28 de abril, y pide dialogar con Arévalo, muy a pesar del desprecio
expreso y público de éste hacia las comunidades organizadas en el movimiento
CODECA.
En el Legislativo, el reelecto presidente del Congreso, Nery Ramos, fruto del
pacto de corruptos B, es torpedeado, y obligado a cerrar sesión y huir del
hemiciclo, porque la mayoría de diputados intentó descabezarlo en el acto.
Ahora,
Arévalo, y sus diputados del extinto partido Semilla, denuncian “intento de
Golpe de Estado”, pero los “héroes de la democracia” ya le dijeron a Consuelo
Porras que no irán a las calles a tomar los caminos
¿Arévalo,
en su soledad política, aceptará dialogar con CODECA, castigado por la
oligarquía nacional e imperial? ¿CODECA estará dispuesto a sacrificar su
trayectoria sociopolítica para acompañar la caída del presidente, hijo del
legendario “revolucionario”, al servicio de los intereses norteamericanos?
Lo cierto,
la «luna de miel» hace rato se acabó en la Guatemala primaveral de Arévalo.
Sólo queda esperar en qué momento el saltimbanqui se cae por sus propios
desequilibrios y los intereses contrarios a la voluntad popular. Moraleja:
«Jamás de fíes del Imperio».
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