lunes, 15 de septiembre de 2025

Centroamérica, el GRITO INDÍGENA de cada 15 de septiembre

 




El 15 de septiembre de 1821 es celebrado en Centroamérica como el Día de la Independencia, una fecha que marca el fin del dominio colonial español y el nacimiento de las repúblicas. Sin embargo, para los pueblos aborígenes, esta fecha no simboliza una liberación, sino el inicio de una nueva fase de colonialismo. Mientras la élite criolla celebraba su emancipación, los verdaderos dueños de la tierra quedaron marginados, excluidos de un pacto social que, en la práctica, los condenó a la servidumbre y a la miseria.

La historia de los 204 años que siguieron a esa declaración de independencia es una narrativa de despojo y violencia. Las nuevas repúblicas, lejos de reconocer la riqueza cultural y los derechos ancestrales de los pueblos originarios, adoptaron un modelo de Estado esencialmente anti-indígena. Bajo la bandera de la «unidad nacional», se implementaron políticas que sistemáticamente les despojaron de sus territorios, les negaron sus identidades, idiomas y formas de vida. La tierra, su pilar fundamental, fue arrebatada para alimentar un modelo económico que solo benefició a unos pocos. Los indígenas, de propietarios a peones, se vieron forzados a trabajar en condiciones de esclavitud moderna, mientras sus conocimientos milenarios eran despreciados como «atraso».

La exclusión silenciosa: Ser indígena en las repúblicas criollas

Para los pueblos aborígenes, la independencia no trajo la ciudadanía plena. Quienes intentaron integrarse al sistema, asumiendo la identidad «nacional», a menudo tuvieron que renunciar a sus raíces culturales. Se les exigió abandonar su lengua, sus vestimentas y sus cosmovisiones para poder acceder a la educación o a un puesto en el Estado. Pero incluso en esos casos, la aceptación era condicional. Jamás fueron considerados ciudadanos de primera clase, y su rol en la sociedad criolla se limitó a ser un ejemplo de asimilación, un modelo de cómo «civilizarse» para la élite dominante.
Hoy, la situación es aún más precaria. Las poblaciones indígenas en Centroamérica sobreviven en condiciones de pauperización extrema, a menudo en los territorios más remotos y menos productivos. La pobreza, la desnutrición y la falta de acceso a servicios básicos como salud y educación son una constante. Cuando levantan la voz para exigir el cumplimiento de sus derechos, son castigados por los Estados como «enemigos internos», criminalizados y reprimidos. La justicia, para ellos, es un concepto distante, y la protección legal es una quimera. Las violaciones a sus derechos humanos, como el despojo de tierras, los asesinatos y la impunidad, son el pan de cada día.

La traición de los «Capataces Culturales»

Dentro de este panorama desolador, ha surgido una figura trágica: el indígena que se «portó bien» con el sistema. Aquel que, al asumir una función pública o académica, se convierte en una herramienta del Estado para controlar y someter a su propio pueblo. Su rol no es el de un líder que defiende los derechos, sino el de un capataz cultural y académico que justifica las políticas opresivas y promueve la asimilación como única vía de progreso. Son la prueba viviente de cómo el sistema criollo, en su afán por aniquilar las identidades indígenas, ha logrado cooptar a algunos de sus miembros para que trabajen en su contra, perpetuando el ciclo de dominación.
El 15 de septiembre es, entonces, un recordatorio de la profunda herida que se abrió hace 204 años. Una herida que no ha sanado y que sigue sangrando. La identidad de los pueblos aborígenes está bajo constante amenaza, y su futuro como pueblos con identidad propia parece condenado a la desaparición bajo las actuales condiciones jurídicas y políticas.

Hacia un nuevo amanecer: El llamado a la plurinacionalidad

Frente a esta realidad, la celebración de la independencia criolla es una afrenta para los pueblos originarios. La verdadera liberación no vendrá de la exaltación de un pasado que los marginó, sino de la construcción de un nuevo futuro. Es por ello que urge la tarea de impulsar procesos constituyentes que permitan crear nuevos Estados. Estados que no sean el reflejo de una élite criolla, sino que representen la plurinacionalidad inherente a Centroamérica.
Necesitamos nuevos ordenamientos jurídicos que reconozcan los derechos de los pueblos originarios de forma integral, que les devuelvan sus territorios y que les permitan ejercer la autonomía. Solo así se podrá saldar la deuda histórica que las repúblicas tienen con sus pueblos primigenios. La única manera de honrar el pasado y construir un futuro justo es a través de la refundación de nuestros Estados sobre las bases de la diversidad, el respeto y la justicia. Porque la verdadera independencia, esa que dignifica y libera, aún está por conquistarse.

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

APERTURA QUINTA EXPO MUSICAL y ANIVERSARIO DE LA RADIO


 

APERTURA QUINTA EXPO MUSICAL y ANIVERSARIO DE LA RADIO Sept 6, 2025 - 10:30 am MEX - 11:30 am PET-COL - 6:30 pm ESP
Time: Sep 6, 2025 12:30 PM Indiana (East)
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